Puedo contar con detalle cada caso que me he encontrado de padres preocupados porque sus hijos no duermen, que les han recomendado medicar a sus hijos o les han convencido que es un problema neurológico. Cuántos padres han recibido receta de melatonina, antihistamínicos (como clorfenamina, hidroxina, etc), inductores de apetito, o llevar a sus hijos pequeños a un psicólogo como remedio para el problema de sueño de sus niños.

Muchos padres recurren a este tipo de sustancias porque están desesperados y confían en algún consejo médico o familiar. Muchos padres someten a sus hijos a un sinnúmero de exámenes neurológicos, electroencefalogramas, tomografías, etc. con el fin de encontrar alguna causa orgánica o física a que sus hijos les tome tanto tiempo y esfuerzo conciliar el sueño o tengan múltiples despertares a la noche o terrores nocturnos frecuentes. Muchos padres llevan a sus hijos pequeños (2-3 años) al psicólogo para “tratar y hablar” del tema de sus despertares o irritabilidad durante el día (como si un niño pequeño podría estar tranquilo y de buen humor si acarrea una enorme deuda de sueño y acumulación de cansancio). Tantos padres se han llenado de angustia, de culpa, de ansiedad, de que algo realmente puede estar mal con sus niños. Otros padres, en cambio, piensan que el dar solución al tema de sueño de sus hijos debe ser algo simple, rápido, una “receta mágica” que funcione de la noche a la mañana.  Para padres agotados que tienen enorme dificultad para que sus hijos duerman bien, la promesa de aquella “pastilla, jarabe o crema mágica” puede parecer bastante atractiva.

Algunos estudios muestran que la melatonina sí puede ser útil para niños con autismo u otras condiciones, sin embargo, la gran mayoría de bebés y de niños ¡no la necesitan! Lo que ellos necesitan es que sus padres conozcan y manejen adecuadamente su sueño.

Cada vez, más y más doctores y padres están recurriendo a la melatonina como una “curita” para el problema de sueño de sus pequeños. Sin embargo, la melatonina o cualquiera de los otros compuestos, no es una solución a largo plazo para mejorar los hábitos de sueño.

La melatonina es la hormona secretada naturalmente por la glándula pineal en nuestro cerebro y que está presente en todos nosotros. Hay muchas personas que recurren a dar suplementos de melatonina a sus niños. Sin embargo, esta puede incluso tener efectos secundarios no muy positivos para el niño y su desarrollo. Por ejemplo, el Dr. Johnson-Arbor, toxicólogo del Hospital de Hartford, menciona que ésta puede afectar al crecimiento, al desarrollo sexual en la pubertad. Otros efectos son dolor de cabeza, mareos, dolor de estómago. Hay padres que han reportado incluso afectación en el estado emocional de sus hijos.

Aparte de todo esto, el dar melatonina no es una solución a largo plazo. Y, en muchísimos casos, sino se realiza cambios en otros aspectos de los hábitos de sueño, no tendrá ningún resultado.

Por tanto, ¿para qué exponer a nuestros niños a posibles riesgos innecesarios o a “curitas” para tratar de resolver un problema? O ¿para qué tener que “medicar” permanentemente a nuestros niños a las noches?

Un sueño saludable necesita desarrollarse desde temprana edad, manejando correctamente las necesidades de sueño de nuestros hijos, la higiene de sueño, sus tiempos, sus siestas, sus rutinas, incluso sus hábitos de alimentación. Todo este conjunto de “piezas” manejadas adecuadamente será lo que marquen la diferencia en el sueño de nuestros niños.

El primer paso debería ser siempre analizar cómo son los hábitos de sueño del niño y realizar los ajustes necesarios para que pueda dormir lo suficiente y necesario. Se debe estudiar el tema de horarios, manejo de tiempos, siestas, rutinas, hábitos de alimentación, ambiente, proceso para dormir, su dinámica familiar, sus actividades, etc. R

ealizar cambios en los hábitos de sueño no se da de la noche a la mañana, ni consiste en una “fórmula mágica” para resolver las cosas de inmediato. Crear nuevos hábitos de sueño y realizar cambios en una dinámica toma tiempo, paciencia, constancia. Es un proceso de desarrollar nuevas destrezas y nuevos hábitos.

Por ejemplo, para ayudar a que nuestros hijos tengan una adecuada producción de melatonina, hay cosas que podemos hacer desde ya en casa.

Una adecuada producción de melatonina contribuirá a que sus hijos concilien el sueño más fácilmente y se mantengan dormidos.

La producción de melatonina se estimula en la oscuridad y se inhibe con la luz. De allí la importancia de proveer un adecuado ambiente para que el niño duerma y le sea más fácil conciliar el sueño:

-          Su cuarto debe estar a oscuras para la noche y para las siestas

-          Poner black outs en las ventanas será de gran ayuda

-          Evitar exponer al niño a pantallas al menos 1 hora antes de dormir, para que la luz azul no interfiera en la producción de melatonina.

Crear una rutina antes de acostarlos, tanto para las siestas como para la noche, reduciendo las luces de la casa, hará que también su mente y cuerpo se preparen para dormir.

Hay incluso ciertos alimentos que aportan naturalmente a la producción de melatonina y que podemos ofrecer a nuestros niños: cerezas, aguacate, piña, banana, naranja, avena, arroz, tomate, entre otros. No olviden considerar la edad del niño y la opinión del pediatra antes de darle un alimento nuevo a su hijo.

En conclusión, no hay necesidad de exponer a nuestros niños a un posible riesgo solamente por hacerlos dormir más fácil o rápido a la noche. La verdad es que los niños lo que necesitan es que sus padres conozcan cómo funciona su sueño, cuáles son las necesidades de sueño según la edad, cómo manejarlas adecuadamente, en tiempos, espacios, rutinas, ambiente, etc.

Si se está teniendo muchos problemas en el sueño de nuestros niños, es importante buscar ayuda profesional para analizar todos los puntos que están impidiendo que el niño duerma bien y realizar un proceso para desarrollar unos hábitos de sueño más saludables.

No es algo que se da de la noche a la mañana, requiere dedicación, constancia, paciencia, tiempo. Además, requiere de un trabajo en equipo de toda la familia. Es importante que papá y mamá estén involucrados, que envíen el mismo mensaje a su hijo, que toda la familia lleve una mejor higiene de sueño y así todos puedan dormir mejor.

Todos los padres que en nuestra primera conversación me mencionaron el tema de medicación para hacer dormir a sus hijos, que lo iban a intentar o ya lo habían hecho, lograron resolver el problema de sueño de sus hijos realizando los ajustes y el proceso necesario, sin necesidad de dar nada artificial a sus pequeños.

Antes de recurrir a medicar a tus hijos para que duerman mejor, me encantaría tener la oportunidad de que conversemos y mejoremos sus hábitos de sueño de una manera permanente.

Estoy a las órdenes.

Daniela Vásquez

Psicóloga y Consultora de sueño infantil certificada

Creadora del Programa DUERME BEBE

dani@duermebebe.com