Debes salir a una cita médica. Tu mamá va a quedarse por una hora con tu bebé hasta que regreses. El momento de despedirte, tu hijo comienza a llorar desconsoladamente y no sabes qué hacer para poder irte tranquila. “¿Estoy haciendo algo mal?”, es una duda que frecuentemente se nos puede venir a la mente.

Ser padre es una tarea hermosa, pero llena de responsabilidades e incertidumbres. En esta era donde tenemos fácil acceso a toda la información, los padres podemos sentirnos abrumados con sentimientos de culpa o confusión.

“¿Estoy haciendo algo mal?”  La verdad es que ninguna mamá o papá hace algo para dañar a su hijo, lo que hace lo hará con el mayor amor y siempre pensando en el beneficio de sus pequeños. Sin embargo, a veces uno no sabe cómo manejar ciertas situaciones y termina sintiéndose estresado o preocupado. Un ejemplo es cuando nuestros bebés comienzan a sentir la “ansiedad de separación”. El bebé comienza a llorar si su mamá desaparece así sea unos segundos de su campo visual. Uno no sabe si le pasa algo, si uno hizo algo mal, etc. Y al mismo tiempo, ve a otros bebés como se quedan encargados por horas con alguien más y no tienen problema alguno. De hecho, se quedan tranquilos y felices. Lo primero que hay que recordar es que no debemos compararnos con otras madres, con otros niños o con lo que escuchamos por ahí. Cada niño es distinto. Además, la crisis de ansiedad de separación es normal. Es parte del desarrollo normal de un niño y aparece entre los 6 – 8 meses de edad. Ahí es cuando el bebé empieza a comprender que las cosas continúan existiendo, aún cuando no las pueda ver. Es un hito del desarrollo cognitivo del niño, llamado “permanencia del objeto”. Es entonces cuando nuestros hijos entienden que si su mamá, que es su mundo entero, no está allí, significa que está en algún otro lugar. Y puede pensar que ya no va a regresar. Es por eso que puede ponerse muy ansioso, irritable o intranquilo, cada vez que uno se aleja unos momentos de su bebé. Esta reacción es algo normal, es natural, es parte de su desarrollo cognitivo y emocional, y además, es señal de que tiene un apego seguro con sus padres. Sin embargo, esto puede preocupar a la madre que debe salir unos momentos o encargar a su pequeño mientras va a trabajar.

¿Qué podemos hacer para hacer esta etapa menos difícil?

1.       Transmite tranquilidad a tu bebé: tu pequeño percibirá cómo tú te sientes. Trata de estar tranquila y transmitir paz a tu hijo cuando lo vayas a dejar, para que vea que no se sienta inseguro al dejarlo.

2.       Déjalo jugar unos momentos en su habitación sin directa supervisión: mantente cerca para asegurarte que esté bien, pero sal unos momentos de su campo visual, así podrá practicar.

3.       No lo evites si es algo que debes hacer: a veces por miedo a que tu bebé tenga esta reacción (que es normal) comenzamos a evitar totalmente separarnos de nuestros hijos. Pero en ocasiones esto es inevitable y debemos encargarlos, ya sea para hacer cualquier pequeña tarea que necesitemos, y no debemos sentirnos malas mamás por esto, sino entender que es una reacción normal.

4.       Empieza despacio: una vez que tu pequeño comience a darse cuenta que a veces se quedará con alguien más que no es su mamá, trata de que las primeras “salidas” sean cortas, para que no sea mucho tiempo el que pasa sin ti al inicio.

5.       Comienza encargándolo con alguien familiar para el bebé: trata de que las primeras veces que lo encargues lo hagas con alguien con quien tu hijo ya ha pasado tiempo y ha compartido momentos junto a ti.

6.       Quédate unos momentos con él: cuando llegue la persona que lo va a cuidar (abuela, niñera, amiga, etc.) quédate unos momentos con ella/él y tu bebé. Así verá que es alguien de confianza para ti, lo que le ayudará a sentirse más seguro y tranquilo.

7.       Despídete: así tu pequeño llore unos minutos cuando te despidas, es importante que lo hagas. Dale un besito, abrázalo, dile con quien se queda y cuéntale que regresarás en un rato más.

8.       Instaura una rutina: Como a la hora de acostarse, una rutina para despedirte antes de irte le ayudará a tu bebé a reconocer y aceptar la situación. Unos besos o abrazos especiales, una frase clave entre tú y tu pequeño, una seña que solo ustedes sepan, lo hará sentirse más cómodo. Poco a poco comprenderá que vas a regresar y se quedará tranquilo.

9.       Háblale en términos que te comprenda: en lugar de explicarle cuánto tiempo te vas a demorar en regresar (“Volveré en 2 horas”), mejor díselo haciendo referencia a algo específico de la rutina de su día: “Simón, regresaré cuando ya te despiertes de la siesta” o “Volveré a la hora del baño”. Y ¡no olvides cumplirlo a como dé lugar!           

10.   Cuando vuelvas a verlo, llénalo de besos, mimos y recuérdale que siempre vas a regresar con él.

Nada va a evitar completamente que tu hijo se ponga un poco molesto cada vez que lo dejes. Es normal. ¡Eres su persona favorita en todo el mundo! Pero puedes ayudar a disminuir esto un poco.

Ahora, recuerda que estos tips aplican a los niños que atraviesan una crisis de ansiedad por separación normal y rutinaria. No obstante, existe una condición llamada Trastorno de Ansiedad por Separación, la cual es ya algo más serio, y requiere una consulta con tu pediatra para ayudar a tratarlo.

Intenta estas recomendaciones y ten paciencia. Poco a poco tu pequeño comprenderá el concepto de que tú puedas ir y volver siempre junto a él.