-          “¿Qué podría hacer para mejorar el sueño de mi bebé? ¿Hay algo que pueda hacer diferente?” – son inquietudes que escucho a menudo de los padres con los que trabajo.

Cuando conversamos, siempre les pregunto cómo es la rutina que hacen antes de acostar a su hijo. Y la mayoría de veces, por no decir todas, es allí donde son necesarios algunos ajustes.

Cuántas veces hemos leído en libros o artículos sobre sueño infantil que es importante tener una rutina para acostar a nuestro bebé. Y uno piensa: “Sí, si la tengo, pero igual mi hijo sigue sin dormir”, y no le da tanta importancia. Pero es justo en aquellos pasos previos en donde está la clave de por qué se despierta o llora tantas veces a la noche.

Una rutina antes de acostarlos es fundamental para crear predictibilidad en nuestros hijos, ya que prepara su mente y cuerpo para ir a dormir y para hacer la transición del día a la noche.

Incluso los adultos tenemos rutinas. Todos hacemos ciertas actividades en un determinado orden antes de acostarnos cada noche. Sin hacerlas, podemos sentirnos un poco ansiosos o perdidos, y se nos puede hacer un poco más difícil conciliar el sueño. Somos criaturas de hábitos, y somos muy protectores de ellos, especialmente de aquellos para dormir.

Definitivamente es importante tener una buena rutina para dormir. Por ejemplo, han escuchado que podemos darle un baño a nuestro bebé, ponerle su pijama, leer juntos un cuento, o cantar una canción y alimentarlo… Aunque no lo parezca, es justo en uno de esos “pasos” (o en el orden de hacerlos) donde la mayoría de veces reside el error # 1 al hacer dormir a nuestro bebé.

Tener una toma (ya sea lactar o biberón) antes de acostar a nuestro bebé está perfecto, de hecho es imprescindible. Sin embargo, el problema está cuando uno alimenta a su bebé para dormirlo! Entonces, el bebé ha asociado que el comer es su “señal” para comenzar a dormir. ¡Es justo ahí donde necesitamos hacer un cambio!

Si le damos de comer a nuestro bebé “para dormir”, e incluso apagamos todas las luces, arreglamos todo el ambiente para promover el sueño, todo esto ya da la pista al cerebro de nuestro bebé de que es hora de dormir.

La mayoría de padres con los que he trabajado, le dan de lactar o le dan el biberón a su bebé para dormirlo. Luego lo acuestan totalmente dormido en su cuna. Sin embargo, al hacer esto, seguramente no pasará ni 1, ni 2 horas antes de que su bebé se despierte nuevamente… y deban empezar todo el proceso otra vez.

El que la comida sea el último paso antes de dormir, o sea la herramienta para conciliar el sueño, es lo que causa que su hijo asocie comer con dormir. Con esto, el bebé no podrá volver a conciliar el sueño por sí mismo cada vez que se despierte en la noche, pues necesitará aquel estímulo cada vez.

Por esto, es recomendable que la última toma del día no se la haga con las luces totalmente apagadas, sino manteniendo al bebé despierto.

Adicionalmente, si tu hijo tiene una estrecha asociación entre comer y dormir, lo mejor es incluir un “paso” adicional entre comer y dormir para romper esta conexión. Por ejemplo, le puedes dar de lactar, luego leer un cuento juntos o cantar una canción, y posteriormente acostarlo despierto. Si tu bebé ya es más grande, te sugiero intentar que la toma sea el primer paso de la rutina y luego inicies con el baño y las siguientes actividades.

Si estás teniendo problemas con el sueño de tu bebé y se despierta múltiples veces a la noche, analiza cómo es la rutina que hacen antes de acostarle. Seguramente, necesitarás hacer algunos cambios en ella. Si necesitas más guía o ayuda para realizar estos cambios y mejorar el sueño de tu bebé, no dudes en contactarme.